domingo, 27 de julio de 2014

el allgaier









En casa había un cactus de esos mejicanos, un perro loco que tiraba a pastor alemán y un gato de angora  para el que los veranos eran un calvario; patos, palomas, conejos y un cerdo negro, que nos comíamos en navidad, completaban la fauna  doméstica,  junto con una cabra ceniza que  daba leche para flanes y natillas; un hermano mayor, también, y  unos padres y una abuela con moquita, los cuartos oscuros  con  pasos de  muertos,  y un pajar grande que guardaba un tractor  fallido de marca “Allgaier”. Todo de papel, del que se arruga con una sola mano y se tira a la mierda.