lunes, 29 de septiembre de 2014

kodak




Hace unos meses coloqué una fotografía
cerca de la mesa de trabajo, en un lugar preferente para poder verla
con facilidad;  es una foto en el color aún pobre del 66, en la que un
grupo de hombres y niños del pueblo posan  como un equipo de fútbol, 
 con el mosén en el centro, un mosén gordo que  viste guardapolvo
negro; en cuclillas, debajo y a la derecha de mi padre, estoy yo, el
más pequeño; hace mucho sol como en el verano siempre hace, en el aire
hay pereza,  obligación de vivir. Mis paisanos miran  al fotógrafo y
el polvo de la  tierra se pega a los zapatos y a los  bajos de sus
pantalones, y sube mordiendo las paredes y la puerta que sirve de fondo
a la imagen. A la izquierda del grupo  y pegado sobre la fachada del
“café” hay un cartel de chapa que anima a beber  "fanta”.  Aunque es un
plano largo los conozco a todos; los hay que posan  con los brazos
cruzados en actitud dócil, otros  abrazan a su compañero por la
espalda en señal de forzada camaradería, los hay con traje de chaqueta
bien cortado que adoptan una pose de galán, otros inclinan la cabeza
hacia el centro del grupo esforzándose por “salir”, ignorando que hay
plano de sobra, están los que parecen incómodos y huidizos, y los de
gesto rudo y laborioso. Inútilmente busco explicar la necesidad de
mirarme diariamente en esa foto, quiza es el intento de extraer, desde este
abismo, la esencia del instante  en el que todos guardamos  el mismo silencio.

domingo, 27 de julio de 2014

el allgaier









En casa había un cactus de esos mejicanos, un perro loco que tiraba a pastor alemán y un gato de angora  para el que los veranos eran un calvario; patos, palomas, conejos y un cerdo negro, que nos comíamos en navidad, completaban la fauna  doméstica,  junto con una cabra ceniza que  daba leche para flanes y natillas; un hermano mayor, también, y  unos padres y una abuela con moquita, los cuartos oscuros  con  pasos de  muertos,  y un pajar grande que guardaba un tractor  fallido de marca “Allgaier”. Todo de papel, del que se arruga con una sola mano y se tira a la mierda.

martes, 4 de marzo de 2014

le jeu

Le jeuSur la place, une file d’enfants ondule et se ferme en cercle. Celle qui commande se place au centre et compte jusqu’ à dix, ensuite le cercle disparaît et tous les enfants courent à la recherche de leurs meilleures cachettes. Mais les cachettes sont trompeuses : tout de suite, la plus âgée, grosse tête, avec ses jambes couvertes de boutons rouges, découvre tous les autres, par place et par nombre : -au coin, c’est un tel, je t’ai vu ! –derrière la porte, toi, je t’ai vu ! Les enfants reviennent sans enthousiasme et la plus âgée organise un autre cercle, compte jusqu’ à dix, et ensuite le cercle disparaît et ils retournent se cacher. Tu traces des traits de craie sur la cour fraîche de ta maison, et tu pousses un bout de tuile avec ton pied de petite fille, avec une impulsion juste et mesurée pour que la tuile atteigne le rectangle, parce que sur la ligne, ça ne marche pas ; tu as gagné, mais j’ai gagné autre chose : je peux voir comment tes couettes carillonnent à chaque saut, et ta culotte de couleurs. 

L’Inspecteur provincial



Pour conclure l’année scolaire, monsieur l’inspecteur provincial viendra évaluer nos connaissances. Voilà sa méthode : Il arrive au matin sans l’avoir notifié, au volant d’un SEAT 1500, bourré dans un costume gris et chaussé de chaussures noires et brillantes. L’inspecteur se place à un endroit qui lui permet de surveiller tout le monde, et il nous vouvoie. Il choisit l’élève qui, debout, doit répondre à ses questions. Il extrait les noms d’une liste manuscrite, fournie par le maître d’école. Il révisera, sans doute, le système métrique décimal, et il ne manquera pas les fractions et une division avec des décimales. Certus an, incertus quando. Cette alerte nous oppresse et trouble nos horizons. Dans la conversation, on sent l’angoisse du silence précédent au nom choisi, l’humiliation de l’ignorance ; tout cela est très similaire aux démarches d’une exécution sommaire. C’est pour cela qu’avoir une angine est une bénédiction, et le sirop terreux a un goût de nectar pur, et peu importent les jours ennuyeux de convalescence à côté du poêle à butane, tout cela c’est rien par rapport au drame scolaire représenté par la visite de l’inspecteur provincial.

miércoles, 26 de febrero de 2014

that´s all folks!



Ya pasó el tiempo? Es posible que uno ya nunca más  se esponje?,  que haya desaparecido, sin solución, esa dulce náusea al verte? Es posible.  El decorado no cambia. La ventana a la izquierda, luego una farola de luz blanca, la calle vacía y los gatos, ahora,  peleándose por follar.  Todo se ha decidido fríamente con la lógica de los días y las horas. Resistir en esta meseta  . "And this is everything, my friends!" 


martes, 11 de febrero de 2014

visita






Me gusta que vengas a verme como hoy, sin esperarlo;  recorrer el 
huerto y que puedas comprobar cómo progresa. Oír en qué me he 
equivocado,  y ver como los tomates se siguen muriendo  sin 
siquiera dar un fruto.  Lástima no saber cuando volverás, y tener 
preparado el café y un poco de conversación sobre todo;  nunca hablar 
del presente en este mar lunar en que nos movemos, como si no 
tuviéramos.