lunes, 28 de marzo de 2016

redacción libre




Redacción  libre.

            Llevo un tiempo a vueltas sobre la cuestión de la mediocridad, a cuenta de un examen para mi fallido ingreso en los Salesianos. Luego se me ha ocurrido lo de la edad, ya que hoy he pasado por una ecografía urológica para controlar el tamaño de la próstata.

            Esta mañana me he duchado para no oler. Como cada año me tumbo en la camilla y me descubro; cuatro dedos por debajo del ombligo (parte alta de la pelvis), y la camisa por encima de las costillas flotantes (a los riñones se accede por los flancos). En ese momento surge con el radiólogo una especie de conmiseración; se suspende la rutina de la vida mientras escruta, no con fuerza pero tampoco flojo, los riñones y la vejiga, hasta que pronuncia la frase, “todo normal, como el año pasado”.

               ¿Qué tal el examen?  No sé; papá, cuántos huevos hay en docena y media?

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